Ray Smith
Brownsville, 1959.
Omar-Pascual Castillo
La pintura ha sido desde siempre un “arte de embrujos”. Un truco para matar el olvido. Una falacia tramposa de añoranza y representación para saciar nuestros anhelos. Una ilusión para la mirada.
En el caso de la obra pintada y dibujística del artista tejano-mexicano Ray Smith (Brownsville, 1959; hoy día reside y trabaja en Nueva York), ésta, - desde sus comienzos - ha estado ligada además a la memoria (sobre todo a la traducción narrativa de su memoria como cartografía de la identidad de un hombre de fronteras), al erotismo, a la sensualidad del sentido, un sentido – esta vez – saturado, casi al nivel de la sobredosis sensorial, al virtuosismo y al buen humor que de su memoria se mofa, más allá de la solemnidad de su restauración como arqueólogo de sí mismo.
La última línea de investigación en dibujos acuarelados de mediano y gran formato que Smith ha venido desarrollando desde el año 2005 hasta nuestros días (primavera del 2007), abren una nueva perspectiva en sus exploraciones visuales; la de crear la posibilidad de un relato donde las protagonistas absolutas sean la misma pintura, y una nueva velocidad resolutiva poco menos que mágica, una velocidad espontánea, dada en madurez y soltura, en derroche y reduccionismo, dicotómica y complementaria; y que dichas pinturas o dibujos hablen de poéticos relatos de mujeres voladoras, mujeres-flores-bailarinas-brujas-hadas madrinas, … símbolos eróticos de un fuerte carácter seductor y hechizante.
De esa capacidad (doble, dialogante y paradojal) de “hechizar/nos/” y de la capacidad del propio lenguaje del dibujo y la pintura para captar ese gesto, rasgo, segundo vital o espíritu que es la seducción, y los recuerdos que de la seducción nos queda como huella…va esta muestra.
Granada. Marzo 2007
El pintor y escultor Ray Smith nació en Brownsville, Texas en 1959, en tierras que su familia se había establecido a principios del siglo XIX. Estudió pintura al fresco con artesanos tradicionales en México, asistió a academias de arte en México y los Estados Unidos, y se estableció en la Ciudad de México. Desde 1985, ha dividido su tiempo entre Nueva York y Cuernavaca, México.
El trabajo de Smith se caracteriza por un tipo único de realismo mágico. Se dobla, tuerce y trasplanta, creando escenarios ilógicos que están llenos de sorpresas y efectos especiales. El artista a menudo usa perros y animales como seres antropomórficos. "Son una entidad de la figura humana", dice Smith. "Son bestias, pero están directamente unidas a un plano de nuestra propia existencia".
El trabajo de Smith ha sido ampliamente exhibido en los Estados Unidos y México, así como en Japón, Europa y América del Sur. Expuso en la Exposición Bienal de 1989 en el Whitney Museum of American Art, en la ciudad de Nueva York; la Primera Trienal de Dibujos en la Fundación Joan Miró en Barcelona, España; y "Artistas latinoamericanos del siglo XX", una exposición que viajó desde Sevilla, España, al Museo Nacional de Arte Moderno en el Centro Pompidou en París, Francia; el Kunsthalle, Colonia, Alemania; y el Museo de Arte Moderno, Nueva York. Durante las últimas dos décadas, Smith ha tenido 50 exposiciones individuales. Las pinturas de Smith están en las colecciones del Whitney Museum of American Art; Museo de Arte de Brooklyn; y el Museo Metropolitano de Arte, todos en la ciudad de Nueva York; High Museum of Contemporary Art, Atlanta, Georgia; Museo de Arte Contemporáneo de Houston, Texas; Miami Art Museum, Florida; Museo Wurth, Kunzelman, Alemania; Centro Cultural de Arte Contemporáneo, Ciudad de México; y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España. .